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“La condición humana es de naturaleza trágica
en tanto entrecruzamiento conflictivo del amor y del odio,
del cuidado y la agresión, de solidaridad y egoísmo.
De esta dualidad dura está hecha la historia de cada individuo
y de la humanidad total”. (F. Ulloa. Cuestionamos, 1987.)
Palabras Iniciales
Muy buenas tardes a todos. Es un gran placer dar inicio una vez más a esta actividad que venimos realizando junto a todos ustedes en la Fundación Anna O. desde hace ya 4 años: el Ciclo de Cine y Psicoanálisis. Una apuesta que hacemos desde esta institución que tiene como objetivo que cada uno de ustedes pueda poner en duda aquello que a través de la mirada aparece como incuestionable. Sortear los desfiladeros ilusorios de la imagen supone la producción de un pensamiento crítico capaz de captar no sólo lo explícito, sino también lo que se oculta o lo que no se puede ver a simple vista. Creemos que para entender el mundo en el que vivimos hoy necesitamos del cine, ya que en él encontramos esa dimensión crucial que no estamos listos para confrontar en nuestra propia realidad[1][1].
Por esto proponemos un tópico que no puede dejarnos indiferentes en tanto sujetos sociales que somos: “En Los Bordes De La Cultura”, y esto que quiere decir?
Si nos remontamos a sus raíces epistemológicas, la palabra cultura deriva del latín “cultus” que hace referencia a cultivo. En la concepción clásica se hablaba metafóricamente de la cultivación del alma o la mente, como uno de los ideales más altos para el desarrollo humano. Ya en el siglo de las luces (S. XVIII), aparecen en contraposición cultura y naturaleza. La cultura es un fenómeno distintivo de los seres humanos, que los coloca en una posición diferente a la del resto de animales en tanto es sinónimo de civilización, de progreso y mejora social. De este modo, Cultura “involucra todas las formas en la que los humanos comienzan a superar su barbarie original y, a través de artificios, se vuelven completamente humanos”[2][2].
Retomando la frase que he leído al comienzo, donde queda revelada la naturaleza conflictiva del sujeto humano y de la humanidad, tenemos que puntualizar que superar este salvajismo original no es un proceso terminado con el avance del pensamiento, de las ciencias o las tecnologías; supone un esfuerzo constante en tanto amor y odio son componentes que constituyen al sujeto. Por estos bordes rondamos siempre, por estas laderas que nos unen al otro en grupo y sociedad y que al mismo tiempo nos separan en el más feroz egoísmo. De un lado la cultura; del otro, ese resto irreductible, esa capacidad de hacer padecer a otros o de ver que padecen sin si quiera conmoverse, o en algunos casos incluso con complacencia.
En los bordes de la cultura entonces, no sólo la agresividad constitutiva que se jugará permanentemente de modo inconsciente en nuestros lazos con el otro. También síntomas que se presentan tanto a nivel del cuerpo o de la mente como un intento fallido de resolver el malestar que genera el vínculo con el otro. Recordemos que renunciar a nuestro egoísmo constitucional en pos del encuentro amoroso con el otro no es sin malestar. De ahí el conflicto.
En este sentido, poder reencauzar el malestar por senderos cercanos a la salud o a la enfermedad es responsabilidad no sólo de cada sujeto que padece o del profesional que lo trata, sino también de todos los que velamos por el pacto social. No hay salud sin salud mental, y no hay salud mental que no involucre una alianza con el otro. La Salud es una producción cultural y contribuir al pensamiento crítico de los seres humanos es, indirectamente un intento de generar salud mental.
Esperamos que a lo largo del año el arte del cine nos sirva de herramienta para ir bordeando nuestra cultura y lo que queda por fuera de ella; y que, entre todos, podamos aportar en cada debate las palabras que nos permitan un movimiento reflexivo para -haciendo un juego de palabras- ir bordando, tejiendo, el entramado de un verdadero progreso civilizador.
Cecilia A. Cortés
Marzo 2014
[1][1] Idea que toma el filósofo Slavoj Zizek en The Pervert’s Guide to Cinema (2006).
[2][2] Velkley, Richard (2002). «The Tension in the Beautiful: On Culture and Civilization in Rousseau and German Philosophy». Being after Rousseau: Philosophy and Culture in Question. pp. 11–30. Extraído de Wikipedia, encyclopedia libre.
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